lunes, 17 de agosto de 2009

Conciencia ética y realidad social

Resumen
La intención de este texto es situar la ética de la comprensión de Edgar Morín en la realidad social que percibo, para a partir de este análisis personal, determinar las posibilidades que tengo para fungir como promotora de la conciencia ética, en un lugar y en un tiempo donde al parecer hay mucho en contra. En este sentido, describo lo que desde mi ámbito de acción puedo aportar, en calidad de miembro de una familia, como profesionista y actualmente como aprendiz de la investigación.

Introducción
Lo que principalmente distingue a nuestra época de otras es que es la más comunicada. Los medios han logrado llegar a casi todas las comunidades del planeta. Las comunicaciones se ejecutan de forma rápida e instantánea y se ha creado un nuevo orden en el espacio-tiempo conocido como ciberespacio. En un momento histórico como éste, uno esperaría que existiera un mejor entendimiento entre las personas que condujera a una mejor humanidad, más íntegra. Pero desafortunadamente se observa lo contrario. Parece que se ha obviado lo que no puede ser obvio y en lugar de construir una conciencia humana y ética nos hemos volcado en la individualidad. ¿Cambiaría esta situación si empezamos a comprender al otro y a solidarizarnos con él? ¿Será suficiente con poner en práctica la ética de la comprensión de Edgar Morín? En este sentido rescato la tesis de Morín sobre la enseñanza de la comprensión, para situarla, aunque de forma somera, en la realidad de la sociedad a la que pertenezco y en la manera en que la percibo, para entonces sugerir lo que, como integrante de una familia, como profesionista y en formación investigadora, estoy en posibilidad de llevar a cabo, para impulsar la construcción y el ejercicio de una conciencia ética que redunde en un bienestar social, limitado por supuesto, a mi propio espacio de influencia.

La comprensión en la realidad social
El principal objeto de estudio de Edgar Morín es el pensamiento complejo, aquella forma de pensamiento basada en “la heterogeneidad, la interacción y el azar”, donde el objeto del conocimiento “no se puede estudiar en sí mismo, sino con relación a su entorno” (Reyes, 1998). En su relación con la comprensión, el pensamiento complejo permite tener una visión más global, pensar en el contexto, considerar el entorno y la existencia de los otros, entender el comportamiento humano para lograr la empatía, saber que no sólo somos individuo sino también especie y sociedad. Morín señala en su texto Los siete saberes necesarios para la educación del futuro (1999) que la comprensión y la enseñanza de ésta son imprescindibles para reconstruir la humanidad, para hacerla más fraternal, más empática, más humana. Afirma que la enseñanza del conocimiento de uno mismo y de la autocomprensión tiene el propósito de erradicar el autoengaño y el egocentrismo, para ello plantea como necesaria una reforma del ser, también llamada reforma personal o reforma del espíritu, donde señala que no basta con pensar correctamente porque eso no garantiza que las acciones que se desprenden del pensamiento sean correctas, lo que se busca es lograr un pensamiento correcto que respalde las acciones subsecuentes, un bien pensar, que evite el reduccionismo, permita la interacción entre culturas diferentes y posibilite la democracia, pensar en el todo.

El planteamiento es ambicioso. Tratando de adecuar las ideas de Morín con la realidad social de un país como México, me cuestiono si su aplicación bastaría para contrarrestar la penosa situación que en materia de conciencia ética se percibe en la sociedad. Desde mi punto de vista este problema de devaluación de la ética lo podemos encontrar en la raíz misma de la sociedad, en su punto medular: la familia; en su estructuración, su funcionamiento y su desempeño. La familia dejó de ser tradicional, por lo tanto, los valores también cambiaron. Los valores morales ceden su sitio a los valores económicos, ante la ausencia de los antiguos roles y funciones familiares prevalece el condicionamiento y el mínimo esfuerzo, “si apruebas tus materias te compraremos el nuevo i-pod”…el entretenimiento versus la educación. Gana el entretenimiento. El estudiante asiste a la escuela más por tradición, obligación o conveniencia que por convencimiento, llevándose consigo la nueva consigna: el mínimo esfuerzo, ¿es más fácil copiar la tarea de una página de Internet que invertir dos horas en hacerla? sí lo es para el estudiante promedio, que no se convertirá en un sujeto autónomo porque no se ha construido el hábito de estudio, que pedirá un regalo en su calificación a su profesor promedio, que enseña a doscientos estudiantes diferentes cada día y tiene una pila de trabajos sobre su escritorio que habrá de calificar en un tiempo extra, por el que no le pagan, que trabaja en una institución donde no se privilegia la educación, donde deserción, abandono escolar y bajo nivel educativo son variables para las estadísticas, donde se privilegia la justificación del presupuesto otorgado por un estado que no entiende que la familia tradicional ya no existe, que no ha llevado a cabo una reestructuración del funcionamiento social, que no invierte en investigación y que entiende por desarrollo educativo la implementación de sistemas de educación más acordes a las necesidades del mercado que a las sociales.

Es en esta perspectiva que cuestiono el alcance de la ética de la comprensión de Morín porque considero que es requisito indispensable que, como antecedente de la comprensión entre los seres humanos, debe existir el bienestar social. ¿Pueden los integrantes de una familia, a través de la comprensión humana, cambiar su realidad? No, porque el problema es parte de un fenómeno social que va más allá de la falta de comprensión que pueda existir entre ellos. ¿Podemos, como dice Morín, lograr la humanidad en nosotros mismos, en nuestra conciencia personal? Probablemente sí, pero sólo en la individualidad, con eso no lograremos modificar la realidad que nos rodea y que nos alcanza, nos quedaremos en esfuerzos aislados. ¿Puede alguien en la miseria ser solidario y comprensivo con sus semejantes cuando van en aumento la pobreza, la delincuencia y la violencia cotidianas? El inicio de la democracia en nuestro país, ¿nos permitió ayudarnos, desarrollarnos, regularnos y controlarnos, como según Morín ocurre en las democracias?
La propuesta de la misión antropológica del milenio de Morín tiene que estar ubicada en alguna otra realidad porque con la nuestra pareciera que es discordante. En la sociedad de la cual formo parte no estamos preparados para ella, al menos no sin que antes ocurra una transformación social.

La necesidad de una transformación social
Si bien cada uno de nosotros estamos en posibilidad, desde el ámbito personal, de adquirir y consolidar valores éticos y actuar de conformidad con ellos; si bien nos esforzarnos por ser abiertos, receptivos, empáticos, etc., en aras de una mejor convivencia; lo cierto es que la realidad social se nos enfrenta de golpe. Los esfuerzos parecen parciales, aislados, apenas paliativos, porque se intenta dar soluciones desde un segmento de la realidad, la propia. No podemos, aunque lo deseemos, ver el contexto general, la complejidad total. Pensar por ejemplo, que con capacitación docente o implementando un nuevo modelo educativo o reformando los planes de estudio, se va a conseguir formar alumnos mejores es tener una visión limitada de la realidad que envuelve a los estudiantes. En la ausencia de una transformación integral, donde estén considerados todos los aspectos -social, cultural, laboral, económico, etc.- la conciencia ética difícilmente puede ocupar un lugar preponderante en la vida del ciudadano promedio ya que es avasallada por la jerarquía de otras conciencias basadas más en las necesidades primarias que de cualquier otro tipo; el efecto, como sabemos, se refleja en todos los ámbitos en que se desenvuelve una persona –familiar, personal, social, profesional, cultural, etc.-. En este contexto han germinado en sociedades como la nuestra, la piratería, que vulnera los derechos de autor; la corrupción, que desintegra el orden social; la falta de justicia, que pasa por alto los derechos fundamentales del ser humano; el conformismo institucional, que en entre otras cosas, modela estudiantes y profesionistas en la actitud del mínimo esfuerzo, acarreando prácticas como el plagio académico, acto que, como señala Rojas Soriano (1992) deliberado o no, refleja la falta de formación científica en todos los niveles educativos de un sistema social.

Aportaciones personales

El panorama, aunque parece desolador, no lo es suficiente como para inhibir en su totalidad la voluntad colectiva de promover la conciencia ética, cada uno desde su ámbito de acción. En lo particular, algunas acciones que estoy en posibilidad de llevar a cabo son:

En el entorno familiar
Lo primero es partir de la idea de que para promover una conciencia ética en el hogar se debe paralelamente construir la propia, a través de la comunicación y retroalimentación constantes. También, rescatar la idea de que en una familia todos somos distintos, pero que al compartir características físicas y muchas veces emocionales, nos une una relación filial que nunca se termina. Sobre todo, tener bien claro que la familia tradicional dejó de existir, por lo que las acciones no estarán encaminadas a recuperarla sino a adaptarse a los cambios.

En el entorno profesional
Como docente, hacer de la ética el fundamento para toda actividad escolar, el cimiento sobre el que descansen las relaciones estudiante-estudiante, estudiante-profesor, profesor-profesor, profesor-institución, institución-estudiante. Actuar en función de que la clave no está en el plan o programa de estudios sino en la forma integral en que los conocimientos deben ser abordados, es decir, ubicar los contenidos en el contexto del estudiante, propiciar su integración, su aprehensión. Proyectar la utilidad de la tecnología informática (disciplina a la que pertenezco) como un instrumento para acercarse al conocimiento y no sólo como entretenimiento. Partir de lo que se tiene, de manera estructural e institucional, como insumos para ejercer la enseñanza, no como determinantes.

En el entorno de la investigación
Como estudiante de la investigación, partir del conocimiento sólido del verdadero significado de investigar, privilegiar el análisis crítico de aquellos elementos que repercutan en un beneficio social, seguir a conciencia el marco ético trazado, buscar la integridad intelectual porque ésta engloba la humildad, la perseverancia, el sentido de justicia, la responsabilidad y el compromiso. Considerar el plagio, no como el último recurso, sino como aquel que no tiene cabida en nuestra formación. Procurar tener una actitud abierta, una forma de pensamiento global y complejo donde consideremos el mayor número de aspectos posible en el análisis. Aprovechar al máximo y con responsabilidad los recursos institucionales, tecnológicos y humanos con los que contamos en la maestría.

Conclusión
Como integrantes de una familia y como profesionistas en busca de una formación investigadora, debemos conocer y seguir lo que es éticamente correcto, a fin de estar en condiciones de promoverlo, porque no podemos impulsar algo que nosotros mismos ignoramos o no llevamos a la práctica. Nuestra conciencia ética debe ir más allá, permear en todas las actividades que desarrollemos en la vida cotidiana y tener un impacto que contribuya a esa transformación social que resulta imprescindible si queremos construir una mejor humanidad.

Referencias

Centro Universitario de Psicología de la Familia.
http://www.bilbao.net/castella/educacion/apoyo_educacion/comunicacion_familiar.pdf

Diccionario de la lengua española. Vigésima segunda edición.
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=comprender

Mogollón, H. (2006). La Usasibilidad, una propuesta para abordar la comunicación en el ciberespacio potenciando la apropiación social de Internet. UNIrevista. 1, 3. Recuperado el 9 de agosto de 2009, de
http://www.unirevista.unisinos.br/_pdf/UNIrev_Mogollon.PDF

Moguel, C. (2007). Sociedad, familia y medios de comunicación de masas: jalones para su revisión. HAOL, 13, 193-197. Recuperado el 7 de agosto de 2009, de http://www.historia-actual.com/hao/Volumes/Volume1/Issue13/eng/v1i13c15.pdf

Morín, E. (2001). Reforma del pensamiento y reforma del ser. Iniciativa Socialista, 63, 4-9. Recuperado el 8 de agosto de 2009, de http://www.inisoc.org/63morin.htm

Reyes, R. (1998). Introducción general al pensamiento complejo desde los planteamientos de Edgar Morín. Recuperado el 10 de agosto de 2009, de http://www.seccion56snte.com/documentos/IntroComplejo.pdf

Reyes, R. (2009). Diccionario Crítico de Ciencias Sociales. Terminología científico-social. Recuperado el 8 de agosto de 2009 de
http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/C/comprension.htm

Rojas, R. (1992). Formación de investigadores educativos. México: Plaza y Valdés.

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