lunes, 18 de mayo de 2009

Reseña crítica del texto La mente sintética. Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo


Gardner, H. (2005). La mente sintética. Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo. Barcelona: Paidós, 41-58.

Howard Gardner es considerado como uno de los intelectuales con mayor influencia en el ámbito de la educación, la psicología y la empresa. Se le reconoce especialmente por su Teoría de las Múltiples Inteligencias que dio a conocer en 1983. Es profesor e investigador en la Universidad de Harvard en EU y director del Proyecto Zero. Gardner ha escrito numerosos artículos y libros sobre la relación que existe entre la mente y el aprendizaje, en uno de ellos, Las cinco mentes del futuro: un ensayo educativo, publicado en 2005 por la editorial Paidós en Barcelona, señala la existencia de cinco tipos de mentes que deben cultivarse: la mente disciplinada, la mente sintética, la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética.

El segundo capítulo del libro está dedicado a la mente sintética. Mientras que por un lado nos regocijamos ante la gigantesca cantidad de información disponible en los distintos medios, por otro, podemos sentirnos frustrados cuando intentamos seleccionarla, analizarla o resumirla y, sobre todo cuando queremos integrarla de forma coherente. Esta problemática es abordada por el autor quien evidencia la necesidad que tiene el ser humano de desarrollar efectivamente su capacidad de síntesis, es decir, transformar su mente en una mente sintetizadora.

Entre los distintos tipos de síntesis que menciona, Gardner ofrece una atención especial al trabajo interdisciplinario, reconocido como la adecuada combinación e integración de dos o más disciplinas que se yuxtaponen de tal manera que puedan aportar conocimientos que de manera aislada no sería posible. Podemos observar que en muchos ámbitos es deseable el trabajo interdisciplinario, aunque no se tiene la certidumbre de que siempre funcione, las razones son variadas: no existe disponibilidad para el trabajo en equipo, puede ser rechazado si se basa en una imposición o depende exclusivamente de la motivación y compromiso personales de unos cuantos, pensemos en algunos proyectos temporales de índole gubernamental o institucional que nunca se concluyen. Paradójicamente a los beneficios que se obtienen cuando se pone en práctica el trabajo interdisciplinario, los mayores riesgos de obtener síntesis inadecuadas provienen precisamente de éste. Es imprescindible confirmar que efectivamente se trata de trabajo interdisciplinario y para ello se debe, por un lado, tener certeza de que las disciplinas involucradas se estén aplicando correctamente, es decir, que se tenga al menos un dominio de los conocimientos básicos de cada una, y por otro, para diferenciarlo del trabajo multidisciplinario, es necesario que las relaciones se establezcan a través de las distintas ideologías y métodos de los integrantes.

Retomando la teoría de Gardner, la dificultad que presenta la construcción de síntesis se debe principalmente a la presencia de dos factores estrechamente relacionados con el proceso de aprendizaje del ser humano. El primero se refiere a la disminución de la capacidad de hacer comparaciones y metáforas, tan abundante durante los primeros años del aprendizaje, capacidad que a medida que pasa el tiempo van mermando, el segundo es el contexto inmerso en cada conocimiento que se adquiere, cuya aplicación en el futuro difícilmente se extiende a otros ámbitos.

El autor hace uso de su conocimiento de la inteligencia humana al plantear la diferencia entre la forma en cómo se aplica la síntesis desde la inteligencia-láser, la inteligencia-reflector y las características personales como el pensamiento lineal o la curiosidad. La diferenciación entre los tipos de inteligencias, la existencia de las mismas y el hecho de que la inteligencia es una capacidad que puede desarrollarse, son algunas de las más importantes contribuciones que hace Gardner al mundo de la psicología y de la educación. Partiendo de este conocimiento, el autor propone rescatar los primeros indicios de actividad sintetizadora y reforzarlos continuamente. Aunque se topa con un problema: formalmente no existen criterios para determinar si las conexiones son adecuadas o no, ante este dilema el autor ofrece posibles soluciones: la identificación explícita de lo que se requiere de las tareas, la enseñanza de formas de síntesis y la crítica valorativa de las síntesis a manera de retroalimentación. Es aquí donde entra el profesor como ejecutor de estas soluciones.

En un texto escrito en un lenguaje común, con pocas referencias a términos técnicos y con el auxilio de la ejemplificación de los supuestos mediante la descripción de situaciones comunes, Gardner hace manifiesta la urgencia de desarrollar la capacidad de síntesis. Los conocimientos han dejado de estar agrupados en grandes áreas como sucedía en la antigüedad, al contrario, el nivel de especialización crece paulatinamente, para frenarlo el autor ofrece dos alternativas: que la formación de los estudiantes esté orientada a su participación en grupos multidisciplinarios y la creación de programas que perfeccionen la capacidad de síntesis, cuya práctica dependerá del personal experto y de la formulación de criterios de determinación.

La lectura del texto es obligatoria para los estudiosos de la psicología, una invaluable herramienta para los profesionales de la educación y una guía para hacer más eficiente el trabajo en equipo en las organizaciones, aporta conceptos relevantes aplicables en prácticamente todos los ámbitos en que se desenvuelven las personas. A través de una exposición clara, el autor apoya su tesis en ejemplos prácticos, señalando sin disimulo las enormes deficiencias de los sistemas educativos actuales, que no han logrado establecer una calidad en la enseñanza que potencialice las capacidades mentales del ser humano.

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